CADA MIEMBRO UN MISIONERO

La capilla se llenó de vecinos, invitados por sus amigos Santos de los Últimos Días de la Estaca Javiera Carrera en Santiago, quienes vivieron y representaron con mucho amor por sus hermanos y por la obra del Señor el espíritu de lo que una vez el Presidente David O'McKay expresara hace ya muchos años atrás: 'Cada miembro un Misionero'.

Por Rodolfo Acevedo

Asuntos Públicos Chile

LDS.CL - Los Santos no sólo abrieron las puertas, sino que también sus corazones al enseñar el mensaje que guardan las hermosas pinturas que adornan nuestras capillas; mensajes como el bautismo de Jesús, Su sacrificio en Getsemaní, Su visita a las Américas, a la vez que las organizaciones auxiliares hacían lo mismo enseñando acerca del propósito de ellas.

Esta actividad, que contó con la presencia del Presidente Sófocles Morán de la Misión Chile Santiago Este y su familia, atrajo también la atención de muchos miembros e invitados especiales, así como también de los misioneros que sirven en el sector de la Estaca Javiera Carrera, quienes cantaron "Llamados a Servir", rodeando con su canto y con su presencia a los vecinos que les escuchaban emocionados, emoción que ya había inundado sus corazones al presenciar y sentir el espíritu de la película "Los Testamentos un rebaño y un Pastor", la que fue presentada como parte del programa de puertas abiertas.

El hermano Jorge Muñoz testificó de la presencia del Salvador en América antigua y de que hoy día "Él gobierna Su Iglesia", agregando y dirigiéndose a las visitas presentes que en realidad "ese es el regalo que hemos querido tener para ustedes esta tarde".

Tras escuchar la hermosa interpretación de los misioneros, el Presidente Morán, expresó las siguientes palabras a los investigadores presentes:

"Esta noche quisiera expresar mi gratitud de una manera especial a las personas que generosamente nos honran con su presencia, a todos ustedes amigos de la Iglesia que viven en los alrededores de la capilla, cerca de este sitio. Queremos que sepan que estamos aquí con los brazos extendidos ofreciéndoles lo que tenemos, queremos decirles que sabemos que el Señor Jesucristo efectivamente murió por nuestros pecados, que fue injusta, vil e ilegalmente juzgado, acusado y condenado por jueces que fueron corruptos, y que esa maldad se iba a convertir en el máximo ejemplo de comprensión y amor que jamás se haya dado en toda la historia.

Hoy los jóvenes que ustedes tuvieron al frente, mientras cantaban, cada uno de ellos es un representante formalmente autorizado por poderes divinos para representar al Cristo vivo. Que cuando uno de ellos llega a la puerta de su casa es Cristo quien les visita. Sé que cualquiera que abra las puertas de su hogar y de su corazón y que va a recibir a una pareja de estos misioneros es a Cristo a quien estará recibiendo, es su oportunidad, aprovéchenla. El Señor a través de estos jóvenes está enviando lo mejor que él tiene para ustedes.

Quiero testificarles de que sé que es verdad. Años atrás tuve el inmenso privilegio, cuando tenía apenas 15 años, de que a mi casa llegaran dos misioneros y tuvimos el acierto de abrir las puertas de nuestra casa y de nuestros corazones. El impacto de este acontecimiento ha afectado el curso de nuestras vidas durante todo este tiempo, pero lo más importante es que el impacto real de haber recibido ese mensaje hace 33 años en mi familia, durará por toda la eternidad.

Hay momentos en que los creyentes, de acuerdo al relato de la película que vimos, temieron que las promesas no se cumplirían. Concluyo mis palabras diciéndoles, con toda la certeza de que soy capaz de expresar, que cada promesa que Dios ha hecho se cumplirá, nadie tiene el poder suficiente para evitarlo, cualquiera que esté dispuesto a poner su confianza en esas promesas será recompensado.

Quiero decirles que me llevo en el corazón el más noble de los sabores al ver a la Estaca Javiera Carrera haciendo la obra del Señor en Su manera, la gracia de los cielos visita a aquellos que de manera humilde aceptan y siguen la voluntad del Creador.

Quiero terminar testificando que sé profundamente que las promesas del cielo se darán a las familias fieles, sigan adelante, esta es la manera, cada miembro un misionero, lo comparto en el santo nombre de Jesucristo, Amén".

Cada miembro fue un misionero en esta actividad que mostró cómo La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ayuda a la comunidad en la que se haya inserta a,... "salir de la oscuridad,... la única Iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra" (DyC 1:30).